Dicen que Napoleón le decía a su valet cuando lo vestía: “Despacio que voy de prisa”. La prisa empieza a ahogar al nuevo gobierno, junto con la certeza de que su proyecto no tiene errores. No hay lugar a las dudas en la prisa del nuevo gobierno, no hay tiempo para ellas, y eso hace más atropellado el camino. El éxito ha puesto sobre el nuevo gobierno una tentación fáustica, hija de la prisa. La prisa es mala consejera, dice el dicho, y lo ha sido para el nuevo gobierno, que ha ganado mucho espacio, pero está ahora bajo el mandato perentorio de la prisa.
Source: Milenio April 26, 2019 06:11 UTC