Con la honrosa excepción de los legisladores del PAN, la Cámara de Diputados aprobó la nueva, pésima y fraudulenta reforma constitucional (mal llamada educativa, esencialmente laboral) para complacer al sector más regresivo, impreparado y caciquil del magisterio: la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, y entierra la esperanza de que casi 26 millones de niñas, niños y adolescentes de preescolar, primaria y secundaria obtengan una educación de calidad. Para elaborar el mazacote contaron más los corruptos intereses gremiales que el interés superior de la infancia. La aprobación de la nueva reforma sería inexplicable sin la previa negociación de esas leyes secundarias con el profesorado faccioso, ya que los diputados pudieron sesionar sin que las hordas provenientes de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán les impidieran el acceso a San Lázaro. Triste día el de ayer: queda pospuesta para un futuro impreciso y lejano la posibilidad de que México remonte a través de la enseñanza básica de calidad, por la única razón de que la nueva reforma tomó en cuenta todo, menos a las niñas y niños que seguirán expuestos a lo que les mal enseñen profesores chafa. cmarin@milenio.com
Source: Milenio April 26, 2019 05:37 UTC