Esta colección de presidentes sospechosos de corrupción -a los cuales me acuso de haber promovido y votado por ellos creyéndolos honestos- justificaría el más negro pesimismo sobre la vida pública de mi país. Lo ocurrido en el Brasil en los últimos años ha sido un anuncio de lo que podría ocurrir en todo el continente. Contra ese estado de cosas se levantó el pueblo, encabezado por un grupo de jueces que, al amparo de la ley, comenzaron a investigar y a sancionar, enviando a la cárcel a quienes por su poder económico y político se creían invulnerables. En el Perú conocemos bien a ese tipo de regímenes autoritarios y brutales que han sembrado de sangre, dolor e injusticias buena parte de nuestra historia. Los jueces y fiscales peruanos que se han atrevido a atacar la corrupción en la persona de los últimos cuatro jefes de Estado cuentan con un apoyo de la opinión pública que no ha tenido jamás el Poder Judicial en nuestra historia.
Source: EL Informador November 25, 2018 08:03 UTC