El Sistema Estatal Anticorrupción (SAE) nació como respuesta al colapso y cooptación de las instituciones supuestamente encargadas de combatir los excesos en el sector público. Todas las fórmulas habidas y por haber para evitar que las “cuotas y los cuates”, que predominan en las designaciones públicas, contaminaran el recién parido sistema anticorrupción. Sin embargo, el Sistema Anticorrupción sigue siendo una construcción endeble y precaria. Para evitar involuciones, primero, el Sistema debe ser celoso de su independencia e impulsar todas las medidas necesarias para garantizarla. Dicha concepción de “justicia como venganza” es la antítesis de lo que debe ser un sistema anticorrupción.
Source: EL Informador October 27, 2019 10:18 UTC