Me contó que es licenciado en Ciencias de la Comunicación y que gana un sueldo muy bajo; se siente subempleado. Me contó que no existe personal suficiente para dar mantenimiento a las cámaras de vigilancia del municipio. Tardé años en comprender que tanta sangre no viene en la sangre: viene de la historia social. Siento que algo recóndito quedará del Acapulco arruinado y sin embargo glamoroso y romántico que atisbé en mi niñez. Acapulco es timeless como el yate Acarey, esta nave de los locos cuya cheesy embriaguez anhelé de más joven por creerla suntuosa.
Source: EL Informador October 27, 2019 10:07 UTC