Toda su familia quedó sumamente devastada por su partida y Zozo, su perro, también. Desde entonces, todos los días y sin falta, el can visita la tumba de su mejor amigo. Entonces, el hijo de la familia decidió llevar al perro a la tumba de su padre y vio que Zozo actuaba de manera muy peculiar. Fue así que durante cinco años seguidos, Zozo y el hijo del dueño, Zafer, acuden al lugar sin falta, independientemente del clima. El perro permanece triste y desconsolado, pero parece encontrar un poco de calma cada vez que visita la tumba de su amigo.
Source: La Republica September 29, 2019 13:52 UTC