Ha hecho bien el presidente Vizcarra en marcar un punto de quiebre en su relación política con el keikismo. No sirve la hipótesis del despecho por la derrota, que podía ser aplicable a la mala relación de Keiko Fujimori con Pedro Pablo Kuczynski. El keikismo, sin embargo, debería entender que el gobierno no podía quedarse cruzado de brazos frente a la indignación popular. Vizcarra no podía seguir siendo la “pareja presidencial” de Keiko Fujimori, su “cosito”. Pase lo que pase queda claro que si Vizcarra no daba un giro de timón iba a ser desbordado por la ola de desapego popular que en estos momentos afecta a toda la clase política.

Source: La Republica September 02, 2018 12:22 UTC