Con palos, lonas, telas, bases y baños portátiles, los samaritanos y doctores levantaron el campamento que se convertiría en un espacio seguro para los migrantes en su travesía rumbo a Estados Unidos. Diariamente entre 300 y 400 migrantes visitan el campamento; ataviados de heridas, cansancio, deshidratación, ampollas en los pies y diversos problemas de salud. Otra tarde durante la estancia de Belén, llegó un grupo de migrantes entre quienes se encontraba un niño de cinco años. En ese momento los samaritanos y Belén sabían que habían cumplido su trabajo y veían cómo los migrantes partían, sin antes agradecerles todo su apoyo. Para ayudar al campamento, así como para conocer su trabajo, se puede ingresar a su portal y contactar a los integrantes e impulsores de sueños de los migrantes.
Source: Milenio October 19, 2024 04:46 UTC