La primera lección es que para una negociación se tienen que establecer medidas de confianza mutua y un mínimo de honor frente a la palabra empeñada. Pero dejó en evidencia que todos los llamados al diálogo y las “manos extendidas” no provienen sino de gente mentirosa y sin palabra. Aquí no hay, no ha habido y por lo tanto no habrá ningún diálogo en beneficio del progreso de todos los peruanos. Si no sabes cuánto va a durar el gabinete, ni la presidencia, ni tampoco sabes si después te van a perseguir en comisiones investigadoras en el Congreso por cualquier cosa falsa, ¿para qué arriesgarse? Vizcarra, vistas estas consideraciones (se está enfrentando a unos sinvergüenzas sin palabra, acorralados por su propia corrupción, que tienen aterrorizado al sector público), ha decidido el viernes morir matando.

Source: La Republica September 29, 2019 06:11 UTC