Muchos de los que ahora deshacen poesía abjuran del sentimiento, y como nada sienten, nada dicen. La gula y la pereza, pecados asimismo de la carne, pueden mostrar también detalles buenos. Pero a las culpas del espíritu -la soberbia, la envidia, la avaricia, la ira- nada las puede redimir. Que no te inquieten mucho, por lo tanto, los pecados del cuerpo: solitos se irán sin necesidad de rezos. Aunque nada puede hacer que vuelva la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en la flor, no habremos de lamentarnos; antes bien hallaremos fortaleza en lo que atrás quedó.
Source: El Mañana January 23, 2018 02:48 UTC