Sin embargo, se calcula que el trabajo no remunerado que realizan las mujeres supone entre el 30,6 y 41,4 por ciento del PIB (Marcal, 2018). En América Latina el 8.4 por ciento de las mujeres se encuentran en situación de inseguridad alimentaria severa, en comparación con el 6.9 por ciento de los hombres (FAO,2018). En este contexto, es importante considerar la transformación de la agricultura industrial a una agricultura alternativa o tradicional. Esto implicaría otorgar reconocimiento al papel histórico de las mujeres en la agricultura, como, por ejemplo, que son agentes de conocimientos sobre los ciclos de la naturaleza, y guardianas de las semillas nativas. Estas iniciativas requieren de apoyos gubernamentales y/o estatales que incentiven y revaloren el papel de las mujeres para la seguridad alimentaria, una producción sustentable no será posible sin estrategias con perspectiva de género que sumen y promuevan caminos para el ejercicio de la gobernanza y la posibilidad de crear nuevos sistemas alimentarios.
Source: La Jornada August 08, 2022 19:02 UTC