Mateo, un bebé originario de la ciudad de Piedras Negras de apenas un año y siete meses de edad, murió asfixiado 16 días después de que se tragó una pila, de las utilizadas en relojes y alarmas de carro, la cual se le atoró en la tráquea. Ni sus padres ni los médicos se dieron cuenta de lo que le pasó hasta después de que el pequeño falleció. Dijeron que el lunes 26 de febrero, cuando Mateo se puso mal lo llevaron de urgencia al hospital pero el doctor que lo ingresó no ordenó que le tomaran radiografías, donde habría detectado la presencia de un objeto extraño en su garganta. El niño siguió enfermo y regresaron dos veces más al hospital, pero nunca se dieron cuenta de lo que realmente le pasaba y que ellos tampoco sabían. Con información de El Universal.
Source: Diario de Yucatán March 15, 2018 03:33 UTC