“Piececitos de niño, azulosos de frío, ¡cómo os ven y no os cubren, Dios mío!…Piececitos de niño, dos joyitas sufrientes, ¡cómo pasan sin veros las gentes!”. Gabriela Mistral -Premio Nobel de Literatura 1945- escribió este hermosísimo y conmovedor poema, uno de los primeros que nos enseñó mi madre, en el que se manifiesta la injusticia de una sociedad que, con demasiada frecuencia, desentiende sus obligaciones hacia los más desfavorecidos de la vida: los niños de la calle. Preocupados por obtener el “éxito”, afanados en acumular riquezas materiales, envanecidos por el poder y la soberbia, nos hemos alejado de valores fundamentales. El mundo de hoy es diferente: no solo somos más, existen una serie de factores emergentes que crean una realidad distinta. Los niños de la calle son víctimas inocentes que deben mover nuestra solidaridad.
Source: EL Informador September 27, 2021 08:15 UTC