No hay en el mundo un solo Estado de bienestar consolidado que no disponga de un sólido sistema de asistencia social pública, que en la mayoría de los casos es rector de la materia, pero también un eficaz prestador de servicios especializados a la población en mayores condiciones de vulnerabilidad social. De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2020, en México hay únicamente ocho mil 500 alojamientos de asistencia social o beneficencia pública y privada. En efecto, de acuerdo con los datos censales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de las 61 mil 612 personas que trabajan en los establecimientos de asistencia social, 51 mil 840 son personas que lo hacen de manera voluntaria; de ellas, 27 mil 228 son hombres y 24 mil 612 son mujeres. Así, es un hecho que, si hoy tenemos a 194 mil personas atendidas en centros asistenciales, es porque la oferta de servicios de calidad es sumamente limitada; pues de ser más amplia, seguramente habría mucho más. La asistencia social debería ser uno de los ejes rectores de un sistema integral de bienestar social, y cuya intervención, a partir de su fortalecimiento y ampliación, es indispensable para evitar mayores tragedias en medio del cúmulo de urgencias que estamos enfrentado en el país.
Source: EL Informador July 12, 2021 08:26 UTC