Aunque no está directamente vinculada con el Ejecutivo, la multiplicación de las escaramuzas legales debe ser vista como una crisis de gobierno. Los actos de anticorrupción pueden no tener un origen partidista, pero siempre tienen un efecto político. Sin embargo para el gobernante la dinámica pugnaz de todo el proceso siempre se va a traducir en desgaste. Contra lo que afirman sus enemigos investigados o presos, Vizcarra no tiene real posibilidad de afectar el estallido de anticorrupción, que lo precede y lo sobrevivirá. Ser visto como uno de sus artífices es para él una bendición a medias.
Source: La Republica December 06, 2019 05:55 UTC