El domicilio de Santiago Ambrosio Hernández, dirigente del Comité de Víctimas por Justicia y Verdad 19 de Junio (Covic), en Asunción Nochixtlán, Oaxaca, fue blanco de un atentado en momentos en que esa organización sesionaba en el lugar, sin que se reportaran víctimas. Es el tercer ataque sufrido por Ambrosio Hernández desde la masacre de 2016, cuando efectivos de las extintas Gendarmería y Policía Federal dispararon contra manifestantes del movimiento magisterial y activistas sociales que mantenían un bloqueo en la autopista Oaxaca-México para exigir la derogación de la reforma educativa impuesta por la presidencia de Enrique Peña Nieto y la liberación de dirigentes de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que fueron aprehendidos y a quienes el gobierno de ese entonces les imputó delitos manifiestamente inventados. La represión policial, solicitada por el ex gobernador Gabino Cué Monteagudo y operada desde la Secretaría de Gobernación, que encabezaba Miguel Ángel Osorio Chong, dejó un saldo de ocho muertos y más de 100 heridos por armas de fuego, sin que hasta la fecha se haya investigado a fondo y sancionado tal barbarie, pese a que existen testimonios fotográficos fehacientes y a pesar de las recomendaciones emitidas en su momento por las comisiones de Derechos Humanos federal y estatal. En cambio, desde ese día la población de Nochixtlán ha sido víctima de diversas agresiones y acciones de hostigamiento e intimidación. En el caso del dirigente referido, el 5 de marzo de 2017 sufrió un atentado a balazos cuando viajaba a una localidad cercana, y poco más de un año después individuos no identificados asaltaron su casa, lo golpearon y torturaron y le exigieron que abandonara la localidad.
Source: La Jornada July 07, 2022 09:02 UTC