Las trampas, desarrolladas por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), en conjunto con la UNAM, tienen como propósito capturar a los artrópodos que se transportan por el viento e identificarlos. Los especímenes atrapados son depositados en un frasco con alcohol a 96° para su identificación, conteo y almacenamiento a 4°C. Para cada periodo de muestreo se identifican los organismos de importancia para el grupo de investigación y el resto se cuantifica y se almacena en alcohol a 70° y cuatro grados centígrados para su posible uso. Fotos: Secretaría de Agricultura y Desarrollo RuralEsta tecnología recobró importancia para monitorear áfidos (pulgones) vectores del Citrus tristeza virus (CTV), debido a la primera detección de razas severas en la región años atrás. La investigadora del Campo Experimental Mocochá del INIFAP, Claudia Tania Lomas Barrié, explicó que las primeras trampas se establecieron en Reino Unido en 1964, para que los productores pudieran realizar acciones preventivas en sus cultivos.
Source: La Jornada August 05, 2024 14:31 UTC