El problema está en que la dictadura de Nicolás Maduro ha dejado, hace ya un buen tiempo, de emitir pasaportes a sus ciudadanos: su país es una prisión. Imagino que el señor presidente ha tomado esta decisión buscando sintonizar con el descontento popular que la llegada de casi 800 mil hermanos venezolanos ha generado. Espero que este gesto del presidente haya sido un desliz o, simplemente, un consejo mal dado. Pero lamento que el dolor de un pueblo que, literalmente, muere de hambre sea usado de manera demagógica por nuestras autoridades y que, además, se haga de manera tan abierta. Creo que los peruanos somos mucho más grandes como nación y que, además, hemos sufrido en carne propia la discriminación y la xenofobia.
Source: Peru21 June 12, 2019 11:26 UTC