Al anochecer, sentado bajo una carpa en el atrio de la Basílica, impartía la bendición Urbi et Orbi. Las voces del Coro de la Capilla Sixtina provocaban un eco reverberante que acentuaba la soledad del lugar. Durante el largo rito de esa tarde-noche, el papa repitió frases como: “Nuestra fe es débil. “A enfermos, moribundos y médicos, consuélalos Señor”. En un mes, Italia pasó de uno a más de 47 mil contagiados y más de 4 mil muertos.
Source: Milenio March 30, 2020 07:30 UTC