Otro caso que evidencia el modus operandi del ex fiscal fue el de Eduardo Cepeda Fernández y Miguel Barbosa Machado, acusados desde 2016 por fraude en agravio a BVG World SA, por 2 mil millones de pesos. La Fiscalía de Olea evitó por dos años ejercer la acción penal y contuvo la orden de aprehensión librada contra Cepeda y Barbosa que, casualmente, eran defendidos por “Olea&Olea Abogados”, personalmente por el hijo del fiscal, Olea Trueheart. Los abogados que defendieron a la extranjera y que le pidieron no dar parte a la Embajada de Irlanda, fueron Raúl Cid Osorio y Salvador Bustamante Polanco, ambos del despacho “Olea&Olea”. Hoy todas esas víctimas criminalizadas y esos presuntos culpables protegidos y encubiertos por el ex fiscal, a cambio de pagarle a su despacho de abogados, podrían ser parte de una investigación que ya se tardó contra el “fiscal negociante” que tuvo Guerrero y quien hoy goza de impunidad. Fin de la parábola del sureste...Los dados mandan Serpiente.
Source: El Universal September 10, 2018 07:52 UTC