Poco a poco, de manera imperceptible, oscura y sigilosa, la amenaza y el silencio nos vienen cercando. La previsible reacción montonera de las redes sociales, donde cualquier imbécil (lo dijo Eco), se convierte en sabio, empuja a la autocensura ampliada. Cualquier señalamiento a la eficacia o lerdez de una autoridad femenina, no digamos de su vida pública, es imposible. Los impulsos de la censura llegaron hasta la UIA —como ya he relatado—, donde se clausuró una muestra fotográfica para quedar bien con quién sabe cuál tendencia, pero mal con la inteligencia. Como el funesto quién es quién de los miércoles.
Source: La Crónica de Hoy November 26, 2023 18:28 UTC