De pronto las emociones se desbordan y en una discusión o por celos desmedidos el hombre descarga la ira, las frustraciones o la educación machista sobre la mujer. La golpea, la insulta o, en el peor de los casos, la estrangula, la acuchilla o le dispara. Muchas parejas rompen sus relaciones amorosas por la violencia, el desdén, el menosprecio y las agresiones cotidianas del hombre hacia la mujer. Es decir, queremos educar a niños que mañana sean hombres o buscamos formar machos. Podemos convivir en armonía hombres y mujeres en beneficio de la sociedad.

Source: Diario de Yucatán November 27, 2018 09:56 UTC