Gil caminaba sobre la duela de cedro blanco en busca de alguna voz, de un eco verídico del movimiento estudiantil del 68. Gamés conoce a Gilberto Guevara Niebla, imprescindible del 68, y ha leído su libro: 1968, largo camino a la democracia (Cal y Arena, 2008). Quizás esa neblina y ese silencio fueron lo único agradable, o con más exactitud: lo único neutral, de mi estancia en ese sitio. Las voces llegaron al tercer piso: “¡Ahora les vamos a dar su revolución, hijos de su puta madre!”. […] A mis lados vi a dos jóvenes disparando sobre la gente, al azar, aquí y allá, un grandote a mi derecha, un chaparrito a mi izquierda.
Source: Milenio October 03, 2018 07:18 UTC