"Mis gatos son los únicos que me dan bola”, pienso mientras miro a tres de los cuatro que, para variar, tengo echados sobre mí. ¿Por qué siempre tan cerca de mi cara?, le pregunto a Tigro, que descansa sobre mi pecho. Me mira con pereza como diciéndome que le siga hablando si quiero, pero que él no me dará respuesta alguna. Donde gatos, hijos y humanos somos todos lo mismo. Mis gatos son los únicos que me han podido enseñar esto.
Source: La Republica December 09, 2018 16:41 UTC