Posteriormente se dirigieron hacia la clínica de la Secretaría de Salud, donde hicieron destrozos, sin que agentes de las policías Municipal y Estatal pudieran intervenir, ya que eran superados en número. Ante la destrucción de la clínica, una habitante dijo vía telefónica a EL UNIVERSAL: “Que Dios nos ayude. Vienen cosas terribles”, y agregó que el alcalde, Rodolfo Robles, y otros funcionarios huyeron por miedo de que los agredieran. Incluso, los inconformes amenazaron con destruir e incendiar el centro de salud. Los pobladores dijeron que gracias a que “la mayoría de los habitantes de Guadalupe Tepeyac no estuvo a favor de los hechos violentos”, se logró la liberación del médico Palacios Castro.
Source: El Universal June 12, 2020 06:45 UTC