Varias veces hemos visto cómo algunos movimientos sociales que se inician con un caso singular poco a poco crecen y se vuelven un proceso nacional importante. Una hipótesis es que el caso Chihuahua ha sido en el pasado reciente una suerte de laboratorio que ha anticipado cambios. La primera alternancia en Chihuahua mostró, como en un laboratorio, las posibilidades y limitaciones de los gobiernos estatales de alternancia. Más de 30 años después, en plena sucesión presidencial, Chihuahua vuelve a convertirse en un laboratorio y, quizá, en una anticipación de la lucha contra la corrupción y la impunidad. En estos años también vimos el fracaso de los gobiernos panistas (Fox y Calderón) y el regreso del PRI en 2012, que también ha fracasado.
Source: El Universal January 23, 2018 08:15 UTC