Poco después se aprobó el Estatuto de 1932. El Estatut de 1979 fue, así, punta de lanza de la descentralización acometida con gran éxito desde entonces. En estos últimos meses ha generado tristeza y preocupación a una gran mayoría ver columnas de humo surcando los cielos de la Ciudad Condal. Ante ello, no se puede evitar añorar la Barcelona plural, abierta, diversa y multicultural, que lució orgullosa y bellísima ante el mundo en los Juegos Olímpicos de 1992. Por todo ello, es tiempo de desdramatizar.
Source: Excélsior February 11, 2020 11:48 UTC