Muchos hogares argentinos tienen parrillas incorporadas donde se reúnen las familias e incluso en las obras en construcción y en las protestas se puede ver a la gente acurrucarse alrededor de una parrilla improvisada para probar la carne. “El argentino puede suprimir cualquier cosa, creo yo, en tiempos así de difíciles, pero la carne no”, dijo mientras esperaba en la cola de la carnicería. Muchas familias han reducido el consumo de alimentos básicos como carne, leche y verduras para volcarse a productos más baratos como la pasta. “La baja del consumo es preocupante”, dijo Luis Marchi, de 48 años, ingeniero agrónomo y tercera generación al frente de una empresa agraria familiar que produce granos y ganado. A medida que el consumo local caía, las exportaciones han aumentado, pero los bajos precios globales no han servido como impulso a los agricultores.
Source: Diario de Yucatán June 23, 2024 09:06 UTC