La comunidad artística es quizá una de las más desprotegidas laboralmente. En su momento se explicó que los seguros eran gastos onerosos y abusivos que se habían instituido en algunas dependencias estatales para uso exclusivo de directivos y jefes de área. Con la cancelación, se buscó compensarlos incluso con aumentos de sueldo para que ellos pudieran pagarse su propio seguro, y también se contempló la forma de adquirirlo en grupo para abaratar costos. El trabajo artístico, y en especial el dancístico, mantiene características especiales que no le permiten regularse bajo los mismos criterios de un empleo común con horarios y lugares de trabajo fijos, ni cotizar en seguridad pública como cualquier otro empleado. Es tiempo de retomar proyectos ya existentes de creación de nuevos esquemas laborales para artistas, que contemplen especialmente la cobertura de salud y otras prestaciones de las que han carecido siempre.
Source: El Universal December 20, 2019 08:25 UTC