Esta es una tierra de valientes, una tierra de oportunidad. Adriana y yo llevábamos casi un año viajando y una noche en Barcelona decidimos que nuestra siguiente parada sería Dublín. Y es que después de un largo viaje de subidas y bajadas, llegábamos a Dublín con un espíritu genuinamente positivo. En pleno auge económico, Dublín es una ciudad que tiene una crisis inmobiliaria y en donde es muy complicado conseguir un espacio para vivir. Y, sobre todo, Dublín fue un puerto donde los dos fuimos felices y donde hubo mucho amor.
Source: Excélsior April 17, 2018 20:37 UTC