Y no, Marcelo no es la segunda fuerza dentro de Morena, cuando mucho –y aquí hago paráfrasis de Ayrton Senna--, es la primera debilidad. Esa actitud recuerda la conducta de la mujer golpeada: la próxima vez que me pegues, me voy con mi mamá. En ese juego de espejos no tuvo ni siquiera la suficiente debilidad para ocupar el sitio del fosforescente candidato presidencial de Dante Delgado. Podríamos citar a Ramírez, si ya andamos en esos vericuetos: la conducta es una forma de establecer transacciones inconscientes, ha dicho. Si Marcelo Ebrard cree sinceramente en sus oportunidades para el periodo post sexenal cuando este ni siquiera ha llegado a su fin y faltan los siete años por venir, comete un error de salida.
Source: La Crónica de Hoy November 15, 2023 23:42 UTC