El tema en mucho depende de la oportunidad y profundidad de la reforma fiscal que el gobierno se recete, tomando en cuenta la complejidad de los factores involucrados. No hay tiempo que perder para preparar este importantísimo paso que es clave para el avance equilibrado e incluyente de todo el país. La medida en que la necesaria reforma fiscal requiera ajustes en principios y tasas de aplicación tendrá como efectos el fortalecimiento de la pujanza económica y la confianza de México en el exterior. No hay que esperar momentos “oportunos” para la inevitable reforma fiscal que tendrá que hacerse en el sexenio que se inicia. Es muy afortunada la mención del secretario de Economía sobre la necesidad de una reforma fiscal cuyas evidencias de retraso ya se sienten avanzadas.