En el caso particular de México, Rubio ha lanzado constantes críticas por haber “simulado” una guerra contra el narco con su estrategia de “Abrazos, no balazos”. De origen cubano, ha sido muy insistente desde el Senado en abordar con rigor el narcotráfico como una prioridad de seguridad nacional estadunidenses. Ahora su voz será una de las más influyentes en el gabinete e Donald Trump. Tiene especialmente dirigidos sus reflectores hacia López Obrador, al que le ha hecho señalamientos de vínculos con el Cártel de Sinaloa. Un día después, el 8 de junio, el entonces mandatario mexicano respondió desde Palacio Nacional que si el senador Rubio tenía pruebas de sus acusaciones que las presentara.