Como nunca, que yo recuerde, tenemos en estos días un presidente fuerte que se va y una Presidenta débil que llega. El hecho político de fondo, sin embargo, es que vivimos una diarquía con un polo dominante, el hombre en el poder, y una sucesora débil, a la que le falta sin embargo un momento clave: asumir la Presidencia y sus poderes. ¿En qué terminará esta diarquía? Sabemos que López Obrador no se retirará del poder, y así lo dice: conservará su “derecho a disentir”. Y viceversa: entre menos grande sea la ventana de septiembre para López Obrador, más juego propio tendrá la nueva presidenta.


Source:   Milenio
July 17, 2024 20:13 UTC