Sus colaboraciones se extienden a Chile, Argentina y Japón, entre otros países. En el lugar se excavan trincheras para examinar los desplazamientos y deformaciones en los sedimentos. Ahí se pueden observar directamente las estructuras geológicas afectadas por terremotos , detalla. En México, los datos que tenemos son insuficientes para ver cómo se comporta el ciclo sísmico. Nuestros registros datan de 1910, cuando se instaló la primera estación sismológica; es decir, tenemos datos de los últimos 114 años, pero las placas se formaron hace 4 mil millones de años .


Source:   La Jornada
June 20, 2024 12:26 UTC