La violencia que azota al país nos es a la vez familiar y desconocida. Los medios consignan día con día la violencia, en una rutina ciega que enuncia sin explicar, y que termina mezclándolo todo, haciendo más difícil entender de dónde viene cada cosa. Son realidades que se muerden la cola: no poder explicar bien el fenómeno de la violencia induce a la anestesia frente a él. De la narrativa y la explicación se ha encargado estos años, como dije ayer, un admirable grupo de académicos, expertos, ex funcionarios y periodistas. A eso apuntan hechos como la aparición del negocio de la ordeña de ductos de Pemex, el famoso huachicol; la crisis múltiple de droga y violencia intracomunitaria de Guerrero o la aterradora captura de sociedades completas para la extorsión y el despojo, como la que hubo en Nayarit bajo el fiscal Édgar Veytia, durante el anterior gobierno de la entidad.
Source: Milenio January 23, 2018 06:45 UTC