Estamos frente a una maraña de factores de riesgo que impulsan, sin hacer mucho esfuerzo realmente, la extorsión en las ciudades de México. Pero algo que realmente agrava la situación, es la corrupción burocrática, la cual facilita la aparición y permanencia de estos mercados ilegales. Para reducir la extorsión es esencial atacar simultáneamente los mercados ilegales y la corrupción institucional, mientras se fortalece la cohesión comunitaria y se protege a los grupos más vulnerables por este y otros delitos. No se puede hacer una cosa y no otra, o hacer una y luego otra. La estrategia federal debe enfocarse en una Reforma Anticorrupción, a la par de buscar desmantelar los mercados ilegales.