El operativo de deportación ha incluido más de 150 vuelos de repatriación, sin detallar la nacionalidad de los deportados ni los países donde fueron devueltos. Estas deportaciones en caliente, unido a la imposibilidad de pedir asilo en territorio estadounidense con la nueva orden presidencial (salvo escasas excepciones, como la llegada de menores solos) han logrado un efecto disuasorio entre muchos inmigrantes que planeaban cruzar. El promedio de siete días de la Patrulla Fronteriza ha disminuido a menos de 1,900 encuentros por día. Sin embargo, los arrestos diarios en la frontera aún superan los 1,500, por lo que las restricciones se mantienen. Los migrantes menores de edad que ingresan solos al país no están sujetos a la nueva orden de deportación emitida por el Gobierno.